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Entrevistas a managers y empresas de promoción! Hoy:
Pau Navarra de Blood Fire Death!

Hola a todos!

Continuamos esta serie de entrevistas, que quieren reflejar uno de los cambios fundamentales que se están dando dentro de la industria musical, al que el Metal Extremo no es refractario, pese a la existencia, o mejor dicho, a causa de la existencia, del underground: hablamos de las empresas de management y promoción. Recordemos la importancia de esta figura:

Si bien siempre han existido promotores de conciertos y festivales, de unos años a esta parte está teniendo una importancia fundamental una fgura que en muchos casos aúna las funciones, por un lado, de un manager (es decir, una persona que define las relaciones extramusicales de la banda y se ocupa de trabajos administrativos o de búsqueda de actuaciones y tratos a los que la banda no tiene acceso por sí sola).

Por otro lado, y precisamente por la facilidad existente hoy en día por la autoedición, que lleva a muchas bandas a publicar sus propios discos, también se están haciendo imprescindibles las empresas de promoción, que apoyan a la banda desde el sensible universo de las redes sociales, la promoción de discos y conciertos, hasta las labores de cartelería y difusión de sus lanzamientos.

Continuamos, pues, esta serie, para conocer mejor la labor de estas personas y dar a conocer un trabajo que interesará a muchos grupos españoles y latinoamericanos, con otra figura muy destacada del panorama musical y periodístico: Pau Navarra.

Pau Navarra es, además del máximo responsable de la agencia de promoción y management BLOOD FIRE DEATH, una figura bien conocida en la escena desde hace muchos años como periodista en revistas como RockZone o la extinta Rock Hard, así como RafaBasa.com. Además, también trabajó durante bastante tiempo en medios deportivos como el diario As, Sport o Radio Marca.

-Hola, Pau! En primer lugar, gracias por tu tiempo para responder a nuestras preguntas. Como suele ser habitual, ¿Nos cuentas cómo llegaste a esto del Metal y el Metal Extremo?

¡Hola a todos y todas, y gracias a vosotros! Un placer estar aquí compartiendo estas palabras. Ya respondiendo a tu pregunta, pues lo cierto es que soy metalero prácticamente desde que tengo uso de razón. Cuando tenía 7 años mi hermano mayor se presentó a casa con el Black Album de Metallica y, desde ese instante, mi vida cambió. Me obsesioné con AC/DC cuando mis padres le compraron a mi hermano mediano el Ballbreaker, luego Judas Priest fueron el centro de mi existencia, y poco a poco la pasión se convirtió en profesión. Llegué al metal extremo por puro bombardeo: junto a Metallica en casa llegaron Testament, Sepultura, Pantera, Iron Maiden, Manowar… Pero también Entombed, Dimmu Borgir, Emperor, Darkthrone, Carcass, Napalm Death, Fear Factory, Obituary, Dismember, Morbid Angel… Mis hermanos se tiraron rápidamente hacia el extremo, pero joder, yo era un niño, y esos guturales como que aún no me entraban tanto… Así que me especialicé en power metal. Me pegaron muy fuerte Helloween, Gamma Ray, HammerFall, Rhapsody o Primal Fear, que a finales de los 90 estaban en pleno apogeo. En casa era muy gracioso, porque de toda la tralla extrema que atronaba a diario mi madre sólo censuró a Brujeria cuando yo estaba al loro, ya que ellos tenían las únicas letras que se entendían…

-¿Cómo surgió la idea de fundar una empresa de management?

Un poco por cosas de la vida… Pero en realidad es muy sencillo y hay un par de razones principales: hace justo un año se me hincharon las pelotas de trabajar por los medios deportivos en los que andaba enrolado, porque eran muchas horas por una remuneración ridícula, así que los mandé al garete y fundé Blood Fire Death, que ya hacía tiempo que me rondaba por la mente. Toda mi vida ha estado centrada en mis dos grandes pasiones, el fútbol y el metal, pero ahora sólo mandan los riffs y las melenas. Por otro lado, el caso es que como editor de RockZone y periodista especializado en metal estoy harto de recibir discazos de bandas extremas nacionales con un potencial enorme, sin nada que envidiar a ningún combo internacional, pero que se pierden en el limbo por no tener un apoyo profesional detrás, ya sea desde un nivel de mínimo management hasta la edición de una nota de prensa en condiciones para mandar a los medios. Sin faltas de ortografía, legibles y sin bolígrafos de mierda… Tenemos una de las escenas metálicas extremas con más quilates del mundo, pero está desaprovechada por cutrerío y falta de ganas de trabajar seriamente. Así que agarré al toro por los cuernos y decidí hacerlo yo mismo reventando los precios del mercado. Y tomé el nombre de mi disco favorito de todos los tiempos, faltaría más. Llevar a nuestro metal extremo a la posición que merece con una agencia que se ocupe de ello fue la principal motivación.

-¿Puedes explicar a nuestros lectores en qué consiste el trabajo de una empresa de management?

Básicamente nos pagan por eliminar, exceptuando el paro y las novias, la razón principal por la que se separan los grupos: el que un miembro se ponga toda la banda a la espalda en cuestiones de fechas, trato con los medios y teloneros, acabe estallando y disuelva al grupo. Una empresa de management sabe cómo funciona la industria (y sus buitres), advierte de sus problemas y da siempre una opinión externa que acostumbra a esclarecer el horizonte a todos aquellos que no tengan una visión real y cercana del mundo del negocio musical. Mientras los músicos sólo se deben preocupar por ensayar y sentarse en la furgo, una agencia de management envía todas las copias de su nuevo álbum con una hoja de prensa a todos los medios musicales del país, plantea una estrategia para lograr el mayor impacto posible de sus formaciones en forma de singles, videoclips o exclusivas, consigue todas las entrevistas y críticas que pueda para sus artistas, monta giras o intenta que sus grupos entren en los principales shows y festivales del país, aconseja sobre artworks y distintos movimientos de márketing… En líneas generales, nos encargamos de todos los quebraderos de cabeza que tienen los grupos ajenos a lo que es específicamente tocar y pasarlo en grande sobre un escenario. Tenemos contacto con multitud de medios, y eso no se consigue de la noche a la mañana. Hemos lidiado con gente honrada del negocio y auténtica basura humana, así que nuestros consejos valen bastante más que la opinión del colega del bar que filosofa a diario medio beodo sobre ‘qué es el verdadero underground’.

-¿Cómo se desarrolla tu trabajo en un día cualquiera?

Lo cierto es que, como el metal es mi vida, me resulta complicado esclarecer cuál es mi tiempo laboral y cuál es el de ocio. Si trabajo, escucho metal; si descanso, escucho metal. Si trabajo, voy a cubrir un show; si descanso, me voy de cañas a un show. Normalmente me levanto a las 7:00 o a las 8:00, abro el portátil, contesto tropecientos mails tanto de Blood Fire Death como de RockZone, pongo un disco bien cabrón, y luego ya según el día… Lo bueno es que mis jornadas son siempre diferentes: una puedo pasarla en Berlín entrevistando a un combo black metal, otra tengo cierre de número y me toca oficina, un día me centro en escribir reviews y luego llama Phil Anselmo para una entrevista, otro lo paso trabajando doce horas porque justo empiezo una campaña con una banda, y el siguiente día sólo una porque la información se está procesando… A mí que sea domingo o lunes me la suda: yo trabajo conforme lo exija mi agenda, no según dicte un calendario esclavista, estúpidamente rígido y putamente cristiano. Sólo curro bien a gusto las horas que haga falta, sean mil o solamente dos. Pocas veces tengo la sensación de estar trabajando, y eso es algo de lo que, desafortunadamente, muy poca gente puede presumir.

-¿Cuales son “las pesadillas” de un manager? ¿Qué es lo que hace más difícil tu trabajo?

La ineptitud. Las pocas ganas de trabajar, cosas tan sencillas como que un grupo no revise su correo o que una sala se digne a contestarte un mail, si lo hace, tres semanas después de que lo enviaras mientras estás planeando una gira. La falta de profesionalidad de algunos programadores de salas de ciertas zonas del país puede llegar a ser desesperante. Hay gente que parece estar gritando a los cuatro vientos que quiere irse a pique… No lo puedo entender. Pasar media mañana en la cola de una entidad bancaria para pagar un banner de una web también puede llegar a sacarme de mis casillas… Odio perder el tiempo, y que la ineptitud de algunos me lo haga perder.

-¿Qué es lo que te lleva a elegir una banda concreta para tu roster?

En primer lugar, la calidad; en segundo, que le metan caña de la buena, y en tercer lugar, que sean gente bonachona y de fiar. Chulos playa o quien se crea que toca en Metallica y está por encima de los compañeros de escena o de sus propios teloneros ya sabe dónde está la puerta. Estoy totalmente a favor de la legalización de las drogas, opino que cada uno es libre de vivir y morir como le plazca, pero tampoco trabajaría nunca con un grupo de yonquis. La única droga que hay en mi vida es el blast beat, y sinceramente, llevo el suficiente tiempo en este mundillo como para saber que excesos eternos y música no son buenos compañeros de viaje. Tarde o temprano eso afectaría a su ritmo de trabajo, y lo que es peor, al mío, así que prefiero evitar trifulcas. Cubrirme las espaldas… Cantantes durmiendo hasta la tarde sin responder al móvil, periodistas esperando horas una llamada para hacer una entrevista porque el batería está por ahí de faranduleo… Nada, nada… paso. Si quieres currar en serio por tu grupo, soy tu hombre. Nos tomaremos unas birras y habrá cachondeo, sí, pero vas a trabajar como un cabrón por tu banda. Sobra decir que putos fachas o mierdosas hijos de papá de derechas tampoco los quiero ver ni en pintura. En el metal no pinta nada esa escoria. En Blood Fire Death sólo queremos personas de verdad.

-¿Qué suelen esperar las bandas de un manager y en qué suelen equivocarse?

Un mánager peleará por ti, pero no obrará milagros, aunque pueda conseguir algunos con cierta determinación y contactos… Me explicaré: por ejemplo negociará con Paiste para ver si hay la posibilidad de que esponsoricen los platos del batera, pero no esperes que con un debut consigas esto de buenas a primeras, y luego ya pases a fotografiarte en su web con Mike Portnoy con el siguiente EP. Una agencia de promoción mandará tu disco a todos los medios con una bio del todo profesional, pero si el álbum lo recibe un redactor al que no le sale de las pelotas ponerse a reseñar tu obra, no le puedes poner una pistola en la cabeza. Puedes mandar un mail, realizar una llamada para ver qué pasa, pero la gente tiene que entender que, pese a la buena onda, no tenemos la última palabra en medios de comunicación ajenos a nuestro propio negocio. ¡Yo no puedo obligar a una web a publicar una review de Blood Fire Death! ¡Cada uno curra a su ritmo y tiene su público! El mánager seguramente remediará todos los problemas extramusicales que tengas, te abrirá muchas puertas, pero no vas a abrir para Mastodon en Europa en 15 días de campaña.

-¿Cómo pueden saber las bandas si un manager es de confianza, y si les conviene trabajar con él?

Si al primer mail o llamada que intercambian ya les da su número de cuenta bancaria, no es de fiar. Yo personalmente no me fio de nadie que a las dos frases ya me esté hablando de dinero. Primero hablemos de riffs e influencias, pues todo lo demás es secundario. Hay que ir con cuidado con si esa persona realmente cree en el proyecto que lleva entre manos, porque si trabajas con un grupo con desgana, sólo pensando en lo réditos mensuales, el resultado no puede ser el mismo que el elaborado desde la pasión. A la gente que está en el negocio sólo por la pasta se le ve el plumero a kilómetros… El prestar atención a lo que te cuenten de ese posible mánager bandas amigas también puede ser una buena guía a la hora de tomar una decisión.

-Hemos hablado en alguna ocasión de la escena española y sus necesidades. ¿Cómo ves la situación y qué piensas que han de hacer las bandas, la prensa, los sellos, los managers, etc. para mejorarla? ¡Expláyate a gusto!

En primer lugar, dejarnos de quejar, de ir de víctimas por la vida y plantarle huevos al asunto. Estoy hasta las pelotas de típicas mentalidades noventeras de ‘en este país es imposible hacer nada’, ‘todo es complicadísimo’, ‘dan la espalda a la escena’… Nada, excusas de perdedor. Estamos en el siglo XXI y con internet nunca había sido más fácil estrechar lazos con público, sellos, productores, grupos y salas del extranjero. El rock y el metal ha sido complicado siempre, en todos los países, y evidentemente, entre latas de cerveza y una poltrona en tu local no vas a conseguir nada si no levantas el culo y te pateas todo el país con una furgo destartalada y palmando mogollón de pasta los primeros años. El que no esté dispuesto a esto, no hace falta ni que empiece. La vieja guardia se cagará todo lo que tú quieras en las nuevas generaciones metalcore y deathcore, pero en organización, disciplina de trabajo y toma de riesgos no les gana ni Dios. Es un placer trabajar con ellos, llevan sus producciones a un nivel de profesionalidad nunca visto en este país y tocan donde sea y cuando sea gracias a una remarcable red de intercambio de fechas que han tejido con todas las formaciones afines del país. Afortunadamente, las viejas rencillas entre grupos blacks, death y thrash van pasando a la historia, y aunque aún hay mucho envidioso por ahí, la camaradería entre el metal extremo cada vez va a más. ¿Que no salimos en las radios? Claro que no, ¿y? Que le jodan a los medios mainstream… No entiendo qué tipo de metal pueden hacer algunos si pretenden aparecer ahí… A mí me daría vergüenza que mi grupo saliera en La 1… Me reconocerían como algo poco peligroso, ya de primeras vendido a la estupidez general del país… Además, en los últimos años aquí sólo ha habido un grupo con los suficientes cojones como para dejarlo todo, trabajos mundanos y comodidad familiar, y perseguir un sueño hasta las últimas consecuencias: Angelus Apatrida. Y les salió bien. Crisix o ’77 también están en ello… Opino que cada artista debería hacer un examen de conciencia antes de empezar con la cantinela del quejica: ‘¿Qué prefiero, vivir en una furgo seis meses o pagarme el Digital+?’, ‘¿Mi sueldo fijo de cerrajero de 1.200 euros mensuales o patearme Europa el resto de mi vida?’, ‘¿Tocar cada noche o ir al cine y a cenar con la parienta cada viernes?’. El metal está ahí y es complicadísimo vivir de él, pero antes de quejarte pregúntate si lo has puesto todo de tu parte o sigues teniendo otras prioridades. Además, que el típico que se queja de las pocas oportunidades que le da la escena luego no lo acostumbras a ver en ningún bolo local… Hacer escena no es gastarte 45 euros cuando vienen Machine Head y luego los 60 veraniegos en los AC/DC o Maiden de turno… Hacer escena es patearte todas las salas de aforo pequeño y medio donde cada fin de semana tocan las bandas colegas por un precio ridículo de ticket… Yo veo auténticos bolazos de bandas de aquí, y si 5 euros por tres bandazas te parece caro, majo, háztelo mirar…

Respecto a los sellos, mánagers y prensa, el remedio es claro: dejar de tangar a la gente. Dejar de robar. Éste parece un mal endémico en el triste país oficial de la picaresca, pero dejar de sablar a los grupos no me parece tan descabellado, la verdad… Si una revista cobra para que tu banda sea entrevistada y reseñada, no es un medio de comunicación; es un panfleto publicitario. Si un sello se queda con los derechos de tu arte durante veinte años, no es una disquera; es un buque esclavista. Si un mánager cobra más que una formación que se gasta un pastizal en material, gasolina, editar discos o alquilar salas, no es un buen profesional; es un negrero. No creo que sea tan complicado pedir un poco de moralidad y manos limpias en este negocio, pero como decía, todo parece podrido por estos lares… En Blood Fire Death no existen los contratos, ni los abusos, ni la apropiación de royalties, ni las imposiciones mercantiles… Con el cambio de paradigma musical toda esa caspa también debería de haber caído, pero parece que se resiste a desaparecer del todo. Yo, desde luego, peleo cada día para que así sea.

-¿Qué piensas de los cambios que están teniendo lugar en la industria musical y cómo te afectan? (Decadencia de las grandes discográficas, tránsito a los formatos digitales, “piratería”, etc)

A mí personalmente no me afectan en nada. Lo que no me interesa, simplemente, no existe para mí. ¿Que la gente quiere descargar esa basura llamada MP3? Adelante, yo seguiré comprando discos. Los sellos underground de death, black, grindcore o doom siguen teniendo un público fiel al que no le interesan las descargas, sino su colección de material oficial. Las grandes discográficas se han suicidado porque se niegan a evolucionar, a soltar su trozo del pastel, y pese a estar obsoletas desde hace más de una década, prefieren golpearse como gilipollas una vez tras otra contra el mismo muro en vez de rectificar sus políticas, renovar su manera de presentar la música y, lo más importante, renunciar un poco a sus antiguos beneficios escandalosos. Que las jodan, no las necesitamos. Hoy en día, desde un buen catálogo de tienda colgado en internet ya puedes comprar un material inimaginable veinte años atrás, y encima te lo envían a casa desde cualquier punto del planeta. Las distribuidoras son otra red mafiosa que debería, o reciclarse, o caer cuanto antes mejor. Tampoco es que sea un talibán, pues el tránsito de formatos digites ha agilizado mi trabajo como periodista y mánager una barbaridad, pero es que sencillamente un formato que se almacena fríamente y luego te olvidas de lo que tienes no me interesa lo más mínimo. Yo necesito ver un lomo en mi estantería, oler sus páginas y tinta, perderme en su artwork, consultar a qué bandas dan las gracias para descubrir nuevos grupos… Es así de sencillo. Soy un coleccionista nato. Hay quien ‘escucha’ música, y hay quien la vive cada segundo de su existencia.

-¿Qué piensas de la división que hay en la escena metal española entre bandas “establecidas” (es decir, apoyadas por prensa escrita y sellos grandes) y bandas “underground” (autoeditadas o apoyadas por sellos pequeños y zines)?

Haciendo un símil cinematográfico, creo que hay propuestas para todos los públicos y luego otras no recomendadas para mayores de 18 años. No hablo de edades, sino de violencia y pericia musical. Simplemente no todos los cerebros están preparados para aguantar un show de Engorriment, por ejemplo, y en cambio Hamlet sí puede ser asimilado por prácticamente cualquier mentalidad. A mí personalmente no me molesta que dé un bolo con Barbarian Swords y sea imposible pasar de 120-140 asistentes, pues sé que ese centenar de metalheads viven el metal extremo con total intensidad, y que no hay ni un poser o recién llegado en mi concierto. Cuando voy a un bolo black o brutal death y no pasamos de 100, 200 asistentes, personalmente lo veo con cierto orgullo. Es una putada para el promotor, claro, pero no dejamos de ser privilegiados los que sabemos cuál es la puta ley en el metal. Es un poco paradójico ver que, en la era en la que la música más al alcance está de todo el mundo, menos propuestas y menos riesgos toman los oyentes. A veces voy a ver un bolo power y dudo que tenga alguna relación con ese tipo de público, y sé que puede sonar elitista, pero aunque amo a Helloween, para nada me identifico con los 500 pabos que me acompañan en sus bolos. Encima es que odio las aglomeraciones… Así que, en resumidas cuentas, no me molesta que las bandas grandes publiquen en ese tipo de revistas, y la autoedición y lo undergorund me parece tan vital y atrayente como lo ha sido siempre. Mientras todo esté al alcance de la mano, no me preocupa en absoluto. Si te soy sincero, no leo ninguna publicación relacionada con el metal, ni online ni papel… No me interesa vivir más que mi propia relación con la música y, dada mi profesión, no deseo que nada ni nadie contamine mi posible veredicto hacia una obra. Importa qué opinas tú sobre un disco, no lo que piense de él el vecino del sexto.

-¿Crees que hoy en día, en los tiempos de la autoedición, las bandas pueden prescindir enteramente de discográficas y managers?

De las discográficas sí, de los mánagers es preferible que no… Me explicaré: a no ser que fiches por un monstruo como Century Media, Nuclear Blast o Metal Blade, o medianitas como Pulverized o Peaceville, ahora mismo de poco sirve estar en una discográfica pequeña. Sólo para que se queden con 400 copias de tu disco, te fijen fechas y vete tú a saber si realizarán una buena campaña de promoción y si ese álbum será correctamente distribuido. Opino que, ya que nadie te paga la grabación, packaging y mastering, ¿por qué no quedarte tú con esas 500 copias en vez de 150 y hacerlas llegar a quien consideres oportuno y de la forma que creas conveniente? Yo si no es en precioso digipack no sacaré el disco de Barbarian Swords, y dudo que tal y como están las cosas, otro sello que no sea Blood Fire Death pague esa cantidad. Es cierto que el componente psicológico que produce una disquera a un posible oyente es básico, que si ves el logo de Hells Headbangers impreso en un CD sabes que será buen material, pero ya no es tan definitivo y hay otras maneras de conseguirlo. Es allí donde entra el trabajo profesional de una agencia de promoción y management, en crear esa aureola de calidad, además de ordenar y desplegar una campaña que realmente impacte a un futuro público. Sin promoción y mánagers el trabajo de un grupo es invisible, y tristemente, en balde. Lograr que el nombre de tu formación salga hasta en la sopa y, por tanto, que tu álbum se escuche, sólo puede lograrlo un mánager, y más con la avalancha actual de publicaciones.

-Es el momento de hablar de tus bandas: ¿Nos cuentas un poco quienes son las bandas de tu roster y por qué deberíamos escucharlas y asistir a sus conciertos?

Evidentemente Barbarian Swords están en Blood Fire Death porque nadie mejor que uno mismo para saber llevar a tu banda si se conoce qué teclas tocar. Practicamos una mezcla de funeral doom con black metal totalmente primitiva, oscura, ruidosa y enfermiza. La extrema lentitud se mezcla con una voz black desquiciante, y los shows son bastante impactantes por la cantidad de decibelios dañinos que te caen encima y la actitud macarra de los miembros. Hacia septiembre u octubre publicaremos el debut, aunque la demo hace un año que está a la venta y se puede escuchar en nuestro Bandcamp. Luego están Thirteen Bled Promises, la mejor banda de brutal deathcore del Estado y ya con cierto prestigio dentro de la escena internacional, pues por ejemplo la conocida web yanqui Total Deathcore colocó su debut entre los diez mejores discos de la historia del deathcore. Una puta pasada… Salían junto a Whitechapel, Oceano, Suicide Silence… Fue una alegría inmensa, y créeme que lo merecen… Son la puta hostia, siempre confié en ellos y en directo la parten. Uno de los guitarristas de Barbarian, Voice Of Noise, tiene su propio proyecto personal black, Substrate, donde todo lo toca y canta él mismo. Es muy raw, muy Burzum, así que también te tritura las orejas. Hyban Draco son otra de nuestras bandas más blackers, aunque tiran más hacia el blackened pese a mamar del melódico noventero sueco de pilares como Dissection o Sacramentum. Ya tienen tres discos a sus espaldas, pues son unos currantes de la hostia. Hummano son unos cachondos mentales que han calado muy fuerte entre el público con una mezcla muy efectiva y sin fisuras de groove metal con deathcore. Su debut Is The Shit entra de maravilla, y la fiesta de sus directos contrasta con la brutalidad de sus temas. Por no hablar de sus vídeos… Para majaras y la mar de simpáticos. Por último, y a falta de nuevas incorporaciones que aún no podemos desvelar, están los malagueños Chaos Before Gea. Es el combo más asequible en cuanto a dureza del roster, pero eso no les impide desplegar un metalcore elaboradísimo con modern metal no exento de guturales y guitarrazos potentes. Su primer esfuerzo conceptual ha gustado muchísimo, y lo regalan en su Bandcamp. Algunos ya hablan de uno de los mejores trabajos nacionales del año, y es que no es para menos.

-Y fuera de tu roster, ¿Qué bandas del panorama crees que deberíamos seguir con atención?

Buah, las hay a patadas… Como ya he comentado antes, considero que tenemos una de las mejores escenas extremas del mundo, pero parece que no nos queramos dar cuenta de ello… Wormed me parecen, junto a Fleshgod Apocalypse y Cattle Decapitation, la mejor banda de brutal death del momento. Son alucinantes, y su nuevo disco, una obra maestra. Luego hay Graveyard, Onirophagus, Engorriment, Assot, Körgull The Exterminator, Evadne, Fall Of Mankind, Foscor, Altar Of Sin, Omission, Crisix, Horn Of The Rhino, Evilhorse, Primigenium, Tort, Maleït, Cerebral Effusion, Lux Divina, Orthodox, Dantalion, Hyde Abbey, Balmog, Teething, Ósserp, Difenacum, Silent Havoc, Stained Blood…Todos estos nombres así, a bote pronto, pero es que hay para todos los gustos, y todas tienen un nivelazo que asusta… Increíble.

-¿Qué puedes decirles a las bandas que están interesadas en trabajar contigo?

Que juntos pelearemos para llevar a su nueva obra y banda al nivel que merecen, que saldrán en todos sitios y que en Blood Fire Death lo daremos todo por su grupo, con camaradería y sin altiveces ni otras chorradas. Que la cercanía y los buenos consejos es lo que se nos da mejor, y que al trabajar desde la pasión, todo sale a la perfección. Además, reventamos precios porque todo lo hacemos en beneficio del metal y somos totalmente comprensibles con los tiempos que nos están tocando vivir en materia económica. En Blood Fire Death vivimos por y para el metal, y eso lo comprobará cualquier grupo que nos escriba desde el primer contacto que entablemos. Aquí no le tomamos el pelo a nadie ni le tocamos un céntimo de sus beneficios: vamos de cara y queremos dar un soplo de aire fresco a la podrida industria musical. Hay otra manera de hacer las cosas, y en Blood Fire Death creemos firmemente en ella.

-¿Con qué bandas -imposibles o posibles- te gustaría trabajar?

Bueno, pues puestos a soñar, con mis tres bandas favoritas de siempre, y una de ellas, como comprenderás, está bastante complicado… Con Immortal, Summoning y… Bathory, claro. Ojalá Quorthon siguiera entre nosotros… Fue un genio irrepetible. Lo que pasa es que las mayores satisfacciones te las llevas con las bandas que empiezan, porque es muy fácil montar una campaña a un combo establecido cuyas entrevistas ya todos los medios te las vienen a buscar como perros de presa… En cambio, ver cómo un grupo va progresando y cómo se ilusiona con cada paso bien dado produce mucha más satisfacción. Digamos que lo primero es un tiro fácil, y lo segundo no tanto pero te aporta otro tipo de riqueza. Me gustaría llevar a Hyde Abbey, puesto que son una bandaza, pero ya están en otra agencia, y en muy buenas manos se encuentran, la verdad… Otra sería Körgull The Exterminator porque amo a esos cabronazos punks y te roen la cojonera como nadie, pero dudo que les interese que alguien meta las narices en sus orgías de black thrash etílico… Grandes colegas y una puta pasada de formación.

-Tantos años en el negocio, también como periodista, te habrán proporcionado anécdotas como para escribir un libro. ¿Nos puedes contar alguna de las más sangrantes?

Vaya que sí… Tengo para dar y vender… Mi ídolo de juventud siempre fue Rob Halford, y hasta hace poco aún tenía fotos de Judas Priest junto a los retratos familiares… Soy un enfermo de ellos… Pero bueno, el caso es que al fin me concretaron una entrevista con el Metal God para hacer una sección de RockZone que servía de retrospectiva para artistas con una carrera muy prolongada, y yo, evidentemente, era jovencito y estaba en una cochina nube. Era una de esas cosas que ya se pueden tachar de la lista vital que todos tenemos, ¿sabes? Llegó el momento, Halford llamó a casa y tras un cuarto de hora lleno de tópicos… ¡El tío me cuelga, que ya habíamos terminado el tiempo estipulado! ¡Casi sin darme tiempo a despedirme! Menudo chasco me llevé… De las entrevistas más mierdosas que he realizado… El tío con el piloto automático, como suele pasar con las grandes estrellas… Un asco. Eso sí, la mejor anécdota fue con Dave Mustaine. Megadeth venían de gira y esa noche tocaban con Evile en la grande de Razzmatazz. Fue esa vez que tocaron el Rust In Peace enterito… Me programaron una cita con el pelirrojo y sentados en un sofá, la cosa marchaba bien porque no había tocado ninguno de los tres temas tabús de Dave: no drugs, no God, no Metallica. Pero vaya, por lo visto faltaba uno y no me habían avisado… ¡La ‘formación clásica’! Le pregunté con toda mi inocencia sobre, si ahora que estaba tan de moda lo de las reuniones, él también había pensado en recuperar a la ‘formación clásica’ de Megadeth… ¡Bueno! La cara que puso al oírlo Richard Royuela, que por aquel entonces llevaba la promo de Roadrunner en España, la recordaré toda la vida… Un poema… ¡Se puso las manos a la cabeza literalmente en plan ‘¡¡Noooo!!’! Yo que noto que Dave se pone tenso… y me empieza a apabullar con preguntas. Que si quién formaría parte de esa teórica ‘formación clásica’, yo que perdí casi el habla acojonado, que si “Chris Poland está completamente perdido en las drogas y no lo quiero a mi lado”, que si Marty Friedman “está haciendo música japonesa de mierda”, que si Menza lo otro… Total, para acabar estallando con “¡Yo soy Megadeth! ¡Yo soy la formación clásica de Megadeth!”. Y el tío que se levantó sin que hubiera terminado la entrevista, me pegó dos buenos cachetes en la pierna en plan ‘de la que te has librado, chavalín’, y que se larga por donde ha llegado sin mediar palabra. La verdad es que es mi mayor logro como periodista: lograr cabrear al mítico Mustaine tal y como siempre se ha rumoreado. Estoy muy orgulloso de ese hito.

-Terminamos aquí. Gracias por tu tiempo y tienes este espacio para contarnos lo que quieras y darnos tu contacto y redes.

Pues muchas gracias por todo, ha sido un auténtico placer. Espero no haber dado mucho la chapa, que me enrollo como una persiana… Un saludo a todos y todas, y nos vemos en los escenarios. Mucho metal, gente, y un abrazo.

Podéis mandar un mail para establecer contacto con nosotros o simplemente saludar en info@bloodfirepromo.com, y también nos encontraréis aquí:

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Salva Rubio

Soy Salva Rubio, el autor del libro "METAL EXTREMO: 30 Años de Oscuridad (1981-2011)", un volumen de unas 500 páginas, con casi 1000 bandas reseñadas en más de 247,000 palabras, un análisis en profundidad nunca visto antes en el mundo, y que cubre por separado los 10 estilos principales del Metal Extremo, así como su historia, forma musical, estética, evolución, lírica y mucho más.

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